jueves, 1 de diciembre de 2011

Jaco Pastorius

John Francis Anthony Pastorius III nació en Norristown, Pensilvania, Estados Unidos, el 1º de diciembre de 1951. Murió el 27 de septiembre de 1987 en Fort Lauderdale, Florida, EE.UU.


Chaf. Chaf. En la primera escena está Pedro Aznar. Tiene 14 ó 15 años. Tenazas en mano y el bajo sobre la mesa, Pedrito va arrancando uno por uno los trastes, esos fierros que dividen en casilleros el mástil de los instrumentos de cuerda pulsada. Chaf. Cada chaf, un traste menos. Algunos salen limpios, muchos traen de regalo alguna astilla, un cacho de madera, el bajo le queda rotoso pero fretless. Pedro escuchó un disco de Weather Report, ese bajo distinto a todo lo que conocía, Jaco Pastorius. Averiguó cómo e hizo. Chaf. Chaf. Ese sonido Serú Girán, el bajo largo que se estira, que flamea. Jaco Pastorius. Chaf.
En esta otra escena, paramédicos de una ambulancia recogen a un tipo tirado en la calle, en la puerta del Midnight Bottle Club. Está hecho bolsa, con la cara rota. Para los ambulancieros no es nada del otro mundo: un sacado que bardea en el boliche y un patovica que le da leña hasta dejarlo irreconocible. Recién después de internarlo en terapia intensiva y atar cabos advierten que se trata de Jaco Pastorius. Ya decían todos que iba a terminar mal. Bipolar y empastillado como una farmacia, hacía rato que nadie lo quería, que lo admiraban en tiempo pasado. Fue y vino unos días entre los tubos, hasta que pintó hemorragia cerebral y fue, nomás.
Otra escena. Es en Nueva York, en una de esas canchas callejeras de básquet que tanto salían en los episodios de Starsky y Hutch. Un ratero, gorrita y buzo canguro, agarra el Fender Jazz Bass que está apoyado a un costado de la cancha y se va. Primero camina. Después raja. Se afanó el bajo de Jaco Pastorius. Jaco Pastorius se da cuenta cuando termina de jugar. Esa noche no va a poder tocar con los muchachos del puente. Ningún problema; igual, lo que ahora le interesa es la percusión, como cuando era un pibe. Por eso nadie quiere editarle su último disco. Dejó Weather Report porque una banda de virtuosos no era suficientemente espaciosa para él. Y ahora no tiene discográfica para su disco. ¿Quién va a querer comprar un disco de Jaco Pastorius en el que Jaco Pastorius no toca el bajo? Lógico.
¿Pero cómo había llegado hasta allí? Capaz que el camino empezó el día en que se le cruzó a Joe Zawinul, el tecladista y jefe de Weather Report, le dijo que se sacara de encima a Alphonso Johnson –hasta ahí bajista de la banda—y le hiciera lugar a él, “el mejor bajista del mundo”. Zawinul le echó flit. Él le dejó un demo. Zawinul lo escuchó y listo; apenas Alphonso se distrajo, empezó la era gloriosa de Weather Report, la de Jaco Pastorius.
Pensar –pensaría él—que lo que él quería de chico era ser baterista. Que si no se hubiera roto la muñeca a los 13 años jugando al fútbol americano, tal vez habría sido uno de los mejores. Pensar que pudo haber sido el mejor contrabajista pero no le alcanzaba la plata para mantener el contrabajo en buenas condiciones y lo cambió por un Fender. Pensar que si algún dueño anterior no le hubiera sacado los trastes a ese Jazz Bass él quizá no lo habría hecho y Joe Zawinul no se habría asombrado del mismo modo al escucharlo. No había cumplido todavía 20 cuando compró ese bajo. El bajo de Jaco Pastorius.

Publicado en el diario La Unión del 1º de diciembre de 2011.

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