jueves, 14 de abril de 2011

Roberto Ayala

Roberto Ayala nació en Paraná, Entre Ríos, el 14 de abril de 1973.


Ahora que anda por ahí con buen suceso esta película nueva sobre San Martín da para pensar otra visión sobre el Santo de la Espada. Para imaginarse cómo hubiera sido si…
Por ejemplo: 1812. San Martín recién llegado de España.
–¡Cómo le va, Coronel! ¡Le presento al Teniente Coronel San Martín, acá conmigo! ¡Recién llegado de España!
–Mucho gusto, Teniente Coronel. ¿Y dígame, General, qué lo ha traído al Teniente Coronel por estas tierras?
–Ni se imagina, Coronel. El Teniente Coronel San Martín viene a liberar América. ¡Ya va a ver lo que es capaz de hacer! ¡Bolivar le lustra las botas, y de agachado!
Después, por supuesto, con el correr del tiempo, San Martín es San Martín, impar líder, estratega, político y guerrero. Sin embargo, imaginemos cómo hubiera sido si…
a)      Batalla de San Lorenzo. Avanza el enemigo a paso redoblado. Pero contra lo previsto, no desembarca frente al convento sino unos kilómetros antes, donde lo derrotan las fuerzas de apoyo al mando del general Bermúdez. San Martín llega tarde a la batalla, demorado por un incidente con su caballo, el Granadero Baigorria y el Sargento Cabral.
b)      Cruce de Los Andes. San Martín conduce magistralmente la epopeya de 4.000 soldados atravesando la Cordillera. Pero los mapas de Álvarez Condarco están equivocados, y el General y su tropa desembocan en Chubut. El Chile permanece colonia.
c)       Entrevista de Guayaquil. Bolívar se atrasa, culpa de un pisco potente. El encuentro no se produce. En el Perú, los realistas disfrutan largos años del ceviche.
Así es el fútbol. Roberto Fabián Ayala despuntó en Ferro, a mediados de los 90, y a sus 20 años ya se vio que sería un defensor excepcional. Fue, hasta que lo sobrepasó la insistencia del Pupi Zanetti, el que más jugó en la Selección Argentina, durante 13 años, y el más veces capitán, siempre elegante, sólido, estupendo cabeceador, veloz. Pudo haber sido San Martín con la celeste y blanca. Pero algunos nacen con estrella y otros… como Ayala. En 1998, su primer mundial, en el último minuto lo pasó por arriba un pelotazo y el holandés Bergkamp eliminó a Argentina de las semifinales. En 1999, Copa América, tuvo un penal para empatarle a Brasil pero… se lo atajaron, y Argentina otra vez afuera. 2002 era el Mundial de Bielsa, Argentina iba a comerse a los pibes crudos y Ayala era titular, pero… se lesionó en el precalentamiento, cinco minutos antes del primer partido. Después, ya se sabe, al equipo de Bielsa no le fue tan bien como se esperaba. En el Mundial de 2006, en Alemania, Ayala era el héroe: un cabezazo suyo estaba eliminando del torneo a los locales pero… el partido se dio de otra forma, hubo definición por penales y adivinen quién fue uno de los que erró. En 2007, otra Copa América, final contra Brasil, llegó a toda velocidad para cortar un centro al área pero… lo mandó al arco propio: gol en contra y a otra cosa. Se acabó la Selección, ya veterano volvió al país después de 15 años en Europa para retirarse jugando en Racing, pero... a la tercera fecha lo mandaron al banco. Se retiró mirando los partidos de sentado, sin que nadie se diera cuenta. Tal vez hasta lo hizo con intención, quizá sabiendo, ya a esa altura, que los grandes momentos no eran su fuerte. E hizo bien. No se sabe de nadie que haya perdido por goleada su propio partido de homenaje. Pero…

Publicado en la edición Nº 38.896 del diario La Unión, el 14 de abril de 2011.

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