jueves, 12 de enero de 2012

Maharishi Mahesh Yogi

Mahesh Prasad Varma nació el 12 de enero de 1917 en Jabalpur, Madhya Pradesh, India. Murió el 5 de febrero de 2008 en Vlodrop, Limburgo, Holanda.


“No nos dejes caer en la tentación”, reza el Padre Nuestro de los cristianos. Los indios le entran al asunto por otro ángulo, más de autocontrol que de pedir ayuda al Divino. Pero el blanco es el mismo: mantened la nerca lejos de mí. Quítame de ahí esas naifas.
El del popular Gurú Maharishi es un drama japonés, en todos los sentidos. Como en “El bosque al costado del camino entre Sekiyama y Yamashina”, la verdad es diferente según quien la posea, y el único que sabe la verdad verdadera es el muerto. El Maharishi muerto, lógico. Aunque en esta historia haya otros. Pero ellos no supieron la verdad. O bien, nosotros no sabemos que es verdad lo que ellos saben. He ahí el misterio.
Dijo George Harrison: “‘¿No es un poco demasiado obvio llamar Maharishi a la canción? Es ridículo’, le dije a John. ‘¿No sería mejor ponerle algo como, digamos, Sexy Sadie?’ John aprobó la idea enseguida. Como sea, me gustaba la melodía. La letra… es lo que sentía John acerca de sus vivencias con el Maharishi. Pero incluso John se equivocaba a veces”.
Dijo Deepak Chopra, un discípulo: “Todo ese asunto acerca de Mia Farrow no tiene ningún sentido. Estuve con ella varios años más tarde y me pidió que le comunicara al Maharishi que aún lo amaba”.
Dijo Paul McCartney: “El que vino con la acusación fue Magic Alex. Pero yo creo que era todo falso. Un invento”.
Dijo Mia Farrow: “Estaba distraída con su barba cuando, de repente, sentí dos brazos peludos que me abrazaban. Salí corriendo, tan rápido como pude, hacia el cuarto de Prudence”.
Dijo Prudence Farrow: “Es un honor ser tocado por un hombre sagrado después de meditar con él. Una tradición”.
Dijo Ringo Starr: “Nos vamos de la India. No puedo tolerar esta comida”.
Dijo Alexis Mardas, Magic Alex, el amigo griego de Lennon: “Nunca conocí a Mia Farrow. Yo estaba con John cuando Rosalyn Bonas vino a decirnos que el Maharishi había tenido acercamientos sexuales hacia ella. Esa noche fuimos con John y George a espiar por la ventana de la villa del Maharishi y vimos cómo él intentaba abrazarla”.
Dijo John Lennon: “George empezó a darle vueltas al asunto y yo pensé ‘si George duda, entonces debe haber algo de cierto’. Nos fuimos con George y Alex en un taxi creyendo que el chofer nos iba a engañar y nunca podríamos salir de ese campamento demente. Y para peor, el griego loco gritaba ‘¡es magia negra, magia negra! ¡Nunca podremos salir!’”.
Dijo Cynthia Lennon: “John y George eligieron creerle a Alex. Pero en realidad, lo que John sentía era que, para ser un hombre espiritual, el Maharishi parecía tener demasiado interés en el reconocimiento público, las celebridades y el dinero”.
Dijo Pattie Boyd: “George no tenía ganas de estar dos meses meditando mientras los negocios de los Beatles eran un caos. Así que nos fuimos a lo de Ravi Shankar, a distraernos con su música”.
Dijo Yoko Ono: “Si John estuviera aquí, sería el primero en reconocer y apreciar todo lo que Maharishi hizo por el mundo”.
No hay nada más que hacer con el Gurú. La verdad yace en algún sitio entre Sekiyama y Yamashina y nadie la conoce. La verdad no existe. Lo demás, que se vio, del Maharishi, no lo diferencia demasiado de muchos líderes espirituales de todas las religiones: sabio, ambiguo, más rico de lo que profesaba e improbablemente carnal. Lo que lo destacó del resto fue eso, lo que no sabemos.

Publicado en el diario La Unión del 12 de enero de 2012..

1 comentario:

  1. Bueno, a mí siempre me ha dado mala espina. Soy una persona que se maneja mucho con las vibras, y desde que lo vi en los documentales de The Beatles, siempre me dio muy mala espina.
    Pienso que sólo jugó con la ingenuidad de mucha gente, entre ellos los propios Beatles, y esto le sirvió para amasar una pequeña fortuna personal.
    Su historia me recuerda un poco el rollo de Sai Babba.

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